¿Cómo me voy a aceptar yo si no me aceptáis como soy?
Desde que papá y mamá se enteran de que están embarazados, empiezan a imaginarse cómo será su bebé. En esta etapa del embarazo empiezan a hacerse una idea de cómo será tanto físicamente como en la personalidad, sin embargo, esta no tiene por qué ajustarse a la realidad. Un ejemplo de ello sería inferir que un bebé será inquieto por el número de patadas que da cuando está en la tripa de la madre.
Esta idea que se hacen los padres acerca de cómo será en un futuro su hijo, los gustos que tendrá o la personalidad que tendrá, son expectativas que los padres tienen respecto a sus hijos. Estas expectativas influencian en gran medida al niño/a ya que el niño/a va a primar el vínculo que tiene con ellos por encima de todo. Esto provoca que el niño tenga que cumplir con las expectativas de los progenitores.
Si el niño/a actúa en base a las expectativas de los padres, vivirá con gran angustia y su autoestima será baja. En cambio, si los padres son capaces de hacer el duelo por esas expectativas no alcanzadas por parte del hijo y reforzarle, el niño sentirá que tiene el permiso de los padres para hacer lo que él/ella cree que es mejor para él o ella, se sentirá aceptado/a y validado/a.
La flexibilidad de los padres será decisiva para transmitir a los hijos la aceptación y la validación que necesitan. Si los padres dan el permiso a los hijos para poder ser como quieran ser y hacen el duelo por las expectativas creadas, el niño/adolescente crecerá pensando que está bien ser como es él. Sin embargo, si los padres son poco flexibles y no admiten las diferencias, provocará en el niño/adolescente una lealtad hacia los padres que tendrá consecuencias negativas en el niño, en los padres, y en la relación entre ellos. Entre ellas, podemos destacar:
- Las consecuencias para el niño/a: la persona que actúa por lealtad no podrá ser feliz ya que las acciones que hace, las hace para cubrir las necesidades de los demás, no por cubrir las suyas propias. Esto conlleva:
- Angustia, ya que la persona no se siente bien haciéndolo y por tanto se siente entre la espada y la pared.
- Tristeza, ya que la persona sabe que, si actúa conforme a lo que los demás quieren, no obtendrá el refuerzo que tanto desea. Por otro lado, la persona vive con tristeza por no poder hacer lo que a él/ella le gustaría.
- Culpa, ya que la persona sabe que está actuando en contraposición con sus necesidades y se arrepiente de no haber hecho lo que le hubiera gustado hacer.
- Las consecuencias que guardan relación con los padres: Estas personas suelen ser personas que les cuesta adaptarse a los cambios por lo que mantener sus expectativas solo hace que se refuerce la inflexibilidad de la persona.
- Las consecuencias que afectan a la relación paternofilial: no será una relación genuina basada en la incondicionalidad. La incondicionalidad implica la aceptación de la persona a pesar que todo no sea de nuestro agrado.
Para poder ayudar tanto a los padres como a los hijos, es importante el trabajo conjunto. Por ello, algunas de los objetivos que se tendrán que trabajar son: Analizar la configuración de las familias de ambos padres y las historias de cada uno de los padres por separado; Entender cuáles han sido las creencias de los propios padres sobre ellos mismos; Analizar si ambos padres han actuado por lealtad y dar la explicación pertinente sobre las consecuencias emocionales que esto conlleva; Explicar las diferencias entre las necesidades de los padres y las de su hijo; Dar un espacio para que los padres puedan hablar de los aspectos que más les pueda conflictuar de la forma de ser del hijo/a; Dotar de estrategias al adolescente o al niño para que vaya poco a poco expresando sus necesidades.
En resumen, la autoestima de un niño/adolescente depende mucho del permiso que le dé el entorno para ser como es él. Si el entorno es flexible, aceptará las diferencias y será un vínculo basado en la incondicionalidad, por el contrario, si el entorno es rígido y no se toleran bien las diferencias, el niño actuará por lealtad y tendrá baja autoestima.