Introducción:

Las rabietas es una forma de comunicar que tiene el niño/a y que tiene cabida en el desarrollo infantil. Estas rabietas pueden provocar limitaciones y verdadera frustración a los padres y a la relación entre padres e hijos por lo que es importante entender cuáles son las causas de esas rabietas y poner en práctica nuevas estrategias que permitan manejar las rabietas de una manera más eficaz y positiva.

¿Qué Son las Rabietas Infantiles?

Las rabietas son explosiones repentinas incontrolables que los niños vivencian cuando se sienten agobiados, frustrados o sin la habilidad de poder expresar sus necesidades eficazmente. Lo que ocurre en el niño a nivel cerebral se llama secuestro emocional, esto significa que la amígdala, la responsable de las emociones, se va activar de tal manera que va a anular el resto de funciones por lo que no podemos esperar que el niño pueda activar su parte racional si la intensidad de la rabieta es muy grande. Las rabietas se ponen de manifiesto mediante llanto incontrolado, pataletas, gritos o con una actitud desafiante.

Causas Comunes de las Rabietas:

  1. Frustración por la falta de habilidades comunicativas: Los niños pequeños se sienten incapaces de comunicar al no ser capaces de expresar sus emociones y necesidades de forma eficaz. Por ello, expresan su frustración mediante las rabietas
  2. Necesidades no satisfechas: Cuando los niños tienen necesidades no cubiertas como puede ser la necesidad de sueño, de alimentarse, de contacto físico, entre otras.
  3. Límites y normas: conforme los niños van explorando la autonomía, intentan desafiar los límites que establecen los padres. Al desafiarles, aparecen las rabietas como forma de expresar su disconformidad o la incomprensión de los límites establecidos por los padres.
  4. Estrés o cambios en el entorno:  El sentimiento de inseguridad o de la falta de control que pueden tener los niños ante cambios de rutina, eventos estresantes o un cambio familiar como puede ser la llegado a de un nuevo hermanito pueden generar rabietas.

Posibles errores de manejo:

  1. No puedes exigirte como padre controlar las rabietas de tu hijo, esto te causará gran frustración. El hecho de verte sobrepasado por la situación hace vivas como algo personal algo que en muchas ocasiones no depende de ti.
  2. No te enfades con tu hijo por tener rabietas: tu hijo no sabe cómo regularse por lo que te necesita para poder conseguir la calma que necesita.
  3. Si ves que tu hijo no se hace daño y el contacto lo rechaza, no insistas. Todos necesitamos nuestro tiempo y espacio para volver a estar en calma.
  4. No digas comentarios negativos sobre las rabietas que tiene. Si tu le mandas un mensaje del tipo “la gente nos está mirando” o “tu hermano se porta mucho mejor que tú” le harás pasar vergüenza por algo que él no puede controlar (su propia regulación emocional) esto hará que desarrolle creencias negativas respecto a sí mismo..

 

Cómo Manejar las Rabietas de Forma Efectiva:

  1. Mantén la calma:  mantener la calma es fundamental ya que los niños por si solos no son capaces de regularse emocionalmente. Si en los momentos de las rabietas los padres están desregulados emocionalmente hablando, y manifiestan su enfado a sus hijos o les gritan, incrementará la desregulación emocional del niño. Una alternativa es hablar al niño bajito para que así el niño tenga la necesidad de ir regulándose poco a poco si quiere poder llegar a comunicarse con el adulto, otro ejemplo sería darle un abrazo para transmitirle la calma. Si el niño reclamara distancia ante la rabieta, es importante respetarla ya que puede sentir su espacio invadido.
  2. Valida las emociones del niño:   el reconocimiento y la validación por parte de los padres hacia los hijos hará que se sientan más comprendidos y la intensidad de la rabieta se reducirá.
  3. Pon límites claros:  La validación es igual de importante que poner límites claros ya que los niños no son capaces de entender qué es lo adecuado para ellos y que no. La forma adecuada de poner límites es desde un tono firme pero cálido y adaptados a la edad del niño.
  4. Ofrece alternativas:  al ofrecer a tu hijo alternativas, estarás ayudándole a canalizar su frustración. Un ejemplo sería enseñándole palabras o actos para que pueda comunicar lo que él necesita
  5. Mantén la rutina: Los niños necesitan rutinas para poder predecir lo que va a ocurrir, esto genera mayor seguridad y tranquilidad. Establecer horarios regulares para comer, dormir y la ejecución de ciertas actividades ayuda a darles cierta sensación de control y por ende, menos rabietas.
  6. Pon el foco en cómo es el comportamiento tanto de papá como de mamá: Si en casa papá y mamá tienen una actitud calmada ante las situaciones estresantes porque tienen las herramientas necesarias para poner en marcha las habilidades de manejo emocional, los niños tomarán el ejemplo de los padres. Sin embargo, un entorno estresante Los niños aprenden observando a sus padres.

Conclusión:

Las rabietas forman parte del desarrollo infantil y pueden presentar ciertos retos significativos para los padres. Sin embargo, entendiendo las causas de las rabietas y usando las herramientas de manejo adecuadas, los padres pueden fomentar a los hijos el desarrollo de habilidades de regulación emocional. Al establecer los límites claros,  mantener la calma y validar las emociones del niño, los padres podrán ser un sitio seguro para sus hijos y fortalecerán el vínculo entre ellos.

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